El verdadero amor de Romeo y Julieta SergantKiss, 08/202412/2024 «El verdadero amor de Romeo y Julieta». Relato ganador en #Noviembredinámico de Wattpad. Diseño propio con ayuda de IA. Obra registrada. Uso CC BY-NC-ND Guión de cine para un corto, adaptación del anterior relato. Romeo, Julieta y las sardinas EXT. VERONA. PALACIO SEÑORIAL, BALCÓN – DÍA (SIGLO XIV) Julieta Capuleto, gata (2) blanca de ojos verde esmeralda está asomada y se relame los bigotes, sin perder de vista la calle. JULIETA(feliz) Qué bonito día, los miércoles me enloquecen… Romeo Montesco gatazo gris (4), aparece como por ensalmo bajo el balcón, sonríe y la mira con cara bobalicona, su plan es despistarla con piropos para asaltar a la sirvienta, a punto de regresar del mercado con las sardinas de la compra semanal de palacio. ROMEO(pagado de sí mismo y zalamero) ¡Miiiau, mimimiaaau, miauuuuuuú!. Julieta continúa con su expresión de desconfianza, balancea el rabo mientras da tres pasos y emite unos suaves y amorosos maullidos. JULIETA(molesta, mirando a Romeo) ¡Oh no Romeo, otra vez vos, qué condena! ¡Os lo suplico, desapareced! Ya no sé cómo deciros que si me asomo a la ventana no es porque suspire por vos, y como vecino todo son riñas y enojos. Romeo sigue mostrándole su sonrisa, mientras balancea el rabo lentamente, da tres pasos y emite unos suaves y amorosos maullidos. ROMEO(pagado de sí mismo y zalamero) ¡Miiiau, mimimiaaau, miauuuuuuú!. Julieta se molesta ante la chulería de Romeo, echa las orejas hacia atrás un instante en señal de enfado y sonríe maliciosamente. JULIETA(altiva, con retintín) Y, si me apuráis, he de confesar que sin la magia de la noche os quedáis en nada. Por desgracia para vos, bajo el astro rey, no todos los gatos son pardos… La altivez de Julieta no parece afectar a Romeo, que vuelve a ejecutar su baile y a maullar. ROMEO (distraído y divertido) ¡Miiiau, mimimiaaau, miauuuuuuú!. Julieta pierde definitivamente la paciencia, echa para atrás las orejas y se apoya en el alféizar de la ventana, inclinando levemente su cuerpo, que tiembla por el enfado. JULIETA(enfurecida) ¡¿Pero, cómo es posible?! ¡Maldito Montesco, seguís ahí! … esto acabará en tragedia. Dejad de poner ojitos, que vuestro objeto de deseo no es otro que el olor de las sardinas que traéis desde casa en la mollera. Al escuchar la palabra sardinas la nariz de Romeo empieza a bailar, se relame, pone los ojos en blanco por unos instantes y recobra la compostura. ROMEO (feliz, con expresión hipnótica) ¿Sardinas, dónde, dónde? ¡Mmmm, siempre son bienvenidas…! ¿Pero, por qué este enfado, así me pagáis que madrugue para venir a veros como buen vecino? Las orejas de Julieta vuelven a su lugar, ahora sus ojos se abren como platos y los clava en Romeo. JULIETA(enfurecida) ¡Qué desvergonzado! Por las noches no se os ve el pelo y, qué curioso, ahora venís. He de vigilar desde la ventana para que no asaltéis a la sirvienta en su regreso del mercado. Así que dejad de disimular, …y de vigilar con un ojo la calle por donde ella ha de venir con las sardinas. ROMEO(feliz, con la misma expresión hipnótica) ¿Sardinas, dónde, dónde? ¡Mmmm…! Julieta sigue sermoneando a Romeo enfadada y de nuevo con las orejas hacia atrás. JULIETA(enfurecida) ¿Lo veis? ¡Eran las sardinas! Con tantos desplantes, he encontrado consuelo en las sardinas que llegan puntualmente a palacio con la compra semanal, y ahora no las cambio ni por la más bella promesa de amor. Los miércoles son mi gran momento, y vos demasiado bien que lo sabéis, Romeo, volveos por donde vinisteis, ni como buen vecino sabéis comportaros. Romeo se arrodilla, la mira y ruega a Julieta comprensión, sin dejar de vigilar con el rabillo del ojo al cabo de la calle, por donde ha de regresar la sirvienta con la compra semanal. ROMEO(extrañado) ¿Pero, por qué este enfado, mi admirada Julieta, así me pagáis que madrugue para venir a veros como buen vecino? ¿No podéis perdonar sus locuras nocturnas a un gatito juguetón? Las orejas de Julieta vuelven a su lugar, pone los ojos como platos y los clava en Romeo. JULIETA(enfurecida) Estoy harta, Romeo, hemos de cambiar esta historia. Ni soy una marioneta de Shakespeare ni vos un amor por el que morir, no llegáis ni a vecino agradable. Así que, si he de estar presa en esta ventana esperando, va a ser por las sardinas de los miércoles. Solo ellas hacen latir mi corazoncito. Vos, sin embargo, tenéis una vida emocionante deambulando cada noche por los tejados… Romeo saca una cajita de regalo del bolsillo, lo muestra a Julieta. ROMEO(sonriente e inmóvil) ¿Acepta tan bella dama este presente como muestra de buena voluntad de un vecino que quiere iniciar lo que puede ser una gran amistad? ¿…o un idilio que enamore al mundo entero? Julieta queda boquiabierta ante la sorpresa. Le mira fíjamente a los ojos. JULIETA(irónica e impresionada) ¡No intentéis comprarme! ¿Traéis una pulsera? ¿Un collar? ¿Acaso pretendéis conquistarme con una cansina poesía de amor? Y … ¿por qué no me regaláis unas ricas sardinitas hoy, para zamparlas en una velada a la luz de la luna? ¡Ese sí sería un buen comienzo para un amor eterno! Romeo asiente con una sonrisa de oreja a oreja y dedica un guiño de complicidad a Julieta. ROMEO(satisfecho) ¡Esta noche, las estrellas serán testigos del comienzo de nuestra historia de amor, bella Julieta, y cenaremos sardinas bajo la luna! Romeo mira hacia el fondo de la calle, desde donde se acerca la sirvienta dando tumbos, cargada con bolsas. Obra registrada. Uso CC BY-NC-ND Ir al Inicio Textos literarios
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